SEGURIDAD PRIVADA ¿UNA NECESIDAD SOCIAL EN TIEMPOS DE CRÍSIS?

Desde hace aproximadamente 40 años, la seguridad privada ha ido experimentando un exorbitante incremento debido a la respuesta inefectiva de los Estados en la prestación de seguridad a sus ciudadanos, con el pasar del tiempo, esta situación se ha traducido en un severo descontrol debido a la escasa supervisión de las empresas dedicadas a la promoción y oferta de este tipo de servicios; así, la especulación de costos y la oferta de servicios sumamente precarios, han abonado el terreno para una acelerada pérdida de la calidad de vida de los ciudadanos, ya sea en zonas residenciales o industriales.

Lo cierto es que con el avance de las practicas delincuenciales, la velocidad de las empresas de seguridad privada ha tenido que adaptarse, derivando en muchos casos hacia el descuido de aspectos claves como los elementos sociológicos que motivan a los delincuentes, y generando con ello una suerte de impunidad e indefensión en cualquier estrato social, desde los más altos, hasta los más deprimidos. Surge así una interrogante clave…. ¿la seguridad privada es necesaria?

Necesidades, ¿un juego de cómplices?

Muchos profesionales de la seguridad pueden afirmar que la prestación de servicios privados es radicalmente mejor que los públicos, pero mas allá de la forma con la cual se vea el asunto, lo cierto es que en la mayor parte de los casos, los propietarios de empresas de seguridad privada terminan siendo ex agentes de policía que han encontrado en el referido negocio una forma de vida y sustentación. Esta situación contribuye en forma determinante a explicar el fenómeno social de la delincuencia como una suerte de espiral de corrupción, donde por una parte las instituciones oficiales y altas autoridades se dejan sobornar mirando hacia otro lado, y por la otra, buscan generar las condiciones necesarias para el crecimiento de las necesidades de la población en términos de contratación de servicios de seguridad privada.

Bajo este contexto, podría decirse que la seguridad privada se ha convertido en una opción para quienes más poder adquisitivo tienen, dejando de lado a las poblaciones más desposeídas, y al mismo tiempo desplazando el rol del Estado en el control de la seguridad personal hasta convertirse en una especie de privilegio o derecho privado, donde los que más tienen vivirán tranquilos, y los más desposeídos se quedaran en una suerte de anarquía reinante.

 

La crisis reinante, ¿un motivo para humanizar la seguridad privada?

Lo anterior contribuyen a sustentar una serie de planteamientos referidos principalmente a la importancia de la seguridad en el desarrollo de un país, es decir, si bien es cierto que deben existir servicios de seguridad privada que contribuyan a satisfacer las necesidades de empresas, instituciones e industrias, no menos ciertos es el hecho de que la misma no debe apartarse de su concepción original de servicio social mas alla de los márgenes de ganancias, de ahí entonces el debate existente en pleno Siglo XXI donde se afirme que las seguridad privada debe tener un carácter más social, sin dejar de lado las ganancias que cada ser humano tiene derecho a aspirar.