La inseguridad constituye uno de los grandes problemas en México. La crisis mundial provocada por el COVID-19 está trayendo un sinfín de consecuencias de todo tipo; en especial, sociales y económicas.
La población pasa el día confinada en sus hogares, presos de la desesperación provocada por la desinformación, y en otros casos, por el exceso de la misma; pero sobre todo los que viven adueñados de una incertidumbre social y económica.
El escenario que se muestra actualmente es el de una alta demanda de productos médicos y sanitarios, la posibilidad de que exista el desabastecimiento en ciertos bienes, el aumento del trabajo vía remota y la recurrencia a soluciones online. El traslado de la actividad a los hogares y al ciberespacio y el incremento de la ansiedad y el miedo entre la población.
Esto ha llevado a los estafadores a adaptarse a la realidad de la población en tiempos de coronavirus, y, por tanto, a llevar a cabo nuevas formas de estafas y ciberdelitos inventados especialmente para esta ocasión.
Una de las estafas que más está tomando lugar durante esta crisis mediática del Covid-19 es la de la venta de material sanitario, el cual escasea, como mascarillas, gel desinfectante, guantes o equipo de protección personal. Materiales que nunca llegan a su destino o que llegan en condiciones muy diferentes a las acordadas.
Las víctimas de este tipo de timos no son sólo personas particulares, sino empresas que buscan la protección de sus empleados y que pagan por adelantado el equipo de protección personal.
Debido a la falta de acceso que se tiene a las importaciones, algunas materias primas, necesarias para la fabricación de medicamentos de primera necesidad, los hospitales y las farmacias están optando por cambiar de proveedores, que no conocen al cien por ciento, y que terminan en transacciones fraudulentas de los mismos medicamentos.
Muchas son las formas delictivas que se están llevando a cabo en tiempos de coronavirus, y todos los ciudadanos somos posibles sujetos pasivos de este tipo de robos, por lo que ahora y más que nunca debemos extremar precauciones.
Recordemos, que al final, para que se produzca un delito deben confluir tres factores: delincuente motivado, víctima propicia y ausencia de guardianes capaces.